lunes, 31 de agosto de 2009

viernes, 28 de agosto de 2009

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mitos y leyendas

Leyenda del Lago
Corresponde a un breve resumen de la leyenda que consignó Manuel Benavides Campo, en "COLOMBIA EN EL SUR". (1.941).

La narración se remonta a los tiempos cuando la meseta era un lago extenso, en medio del cual un enorme monolito se alzaba en su centro.

El monolito había sido consagrado como adoratorio a Iboag, dios de los Pastos, y a quien rendían homenaje los súbditos una vez por ano.

Los moradores de Chambú llevaron en cierta ocasión, la noticia de que se acercaban por la Hoya de Guiza, un grupo de gigantes cometiendo toda clase de atrocidades con sus mujeres y sus pueblos.

El cacique y su pueblo huyeron del lugar y dejaron a los invasores su aldea, quienes cuando llegaron cometieron toda clase de profanaciones. Un ermitaño, que vivía en las cumbres del Gualcalá, adolorido por tanta maldad, levantó sus chontas mágicas y al instante, la tierra comenzó a moverse las montañas botaron juego y el agua acabó con todo lo que tenía vida, Al final sólo quedó un inmenso pantano que hoy, es la hermosa Sabana de Túquerres.

Leyenda del Morro
Situada cerca del Corregimiento de Santander, encontramos el Cerro de El Morro que hasta hace poco en la cima se levantaba una pequeña fumarola, de gases tóxicos e insoportables. Se cuenta que a mediados del siglo pasado hizo su aparición por el lugar " Don Josué", un personaje misterioso,, poco amistoso, de quien nunca se supo su procedencia y montando siempre un caballo negro,, este personaje compró la finca de El Morro y en su casa realizaba extrañas ceremonias, pues se decía que tenía pacto con el diablo porque aparecía y desaparecía enigmáticamente, dejando a su paso un fuerte olor a azufre.

Como era inmensamente rico, escondía sus tesoros en un pozo vacío en la cima de El Morro. Depositando un "zurrón", con morrocotas de oro, un "pilche de agua", y unas piedras de sal, le rezó un conjuro y al instante se desbordó y la sal se combinó armando un pozo salado que solo él podía desencantar.

Al morir, su riqueza quedó para ser rescatada por quien pronuncie las palabras mágicas. Por las noches " Don Josué' " cuida celosamente su tesoro, asustando a quien se atreva a llegar al lugar.

La leyenda del señor de los milagros
Esta Histona ha tomado la forma de leyenda que se transmite de padres a hijos con una real importancia:

Cuentan nuestros mayores que la imagen llegó a la ciudad en tiempos de la Colonia; . según se cree estaba destinada a la Catedral de Quito y que fue enviada por el Virrey Mesías de la Cerda. El viaje entonces se hacía en "bestias", caballos o mulos y la caravana llegaba, en su recorrido, a la Taravita del Guáitara cercana a Funes.

En aquel lugar se les brindó a los pasajeros y dueños de la recua, un refresco ( "guarapo" ), el que por su buen sabor, el calor del lugar, la sed y la alegría del viaje, obligó a otro y otro y otro.

Un indio de Túquerres, José Quiscualtud, quizo aprovechar el descuido de sus amigos y pasó el río con el macho o bestia mejor cargada y luego huyó a casa por caminos conocidos. El animal, llegando al pueblo, no quizo avanzar más allá de la plaza y se hecho, totalmente cansado, en un ángulo de la rústica iglesia de bahareque que entonces se levantaba.

El buen ladrón José Quiscualtud, temeroso de ser descubierto su pecado, desapareció del lugar; mientras tanto, después de esperar toda la tarde sin que el animal pudiera levantarse, el señor Cura y el Alcalde del Resguardo bajaron la carga ....y al abrirla.......! sorpresa! Descubrieron con gran asombro la imagen del Señor que llamaron " Señor de los Milagros " la que se quedó para siempre y se consagró como protector de la ciudad.

Leyenda del Caratar
Recoge Manuel Benavides Campo, de la tradición, la historia de un cacique de los pastos "Caratar", supremo jefe y valiente guerrero.

Cuando el Imperio Cuzqueño de Huayna Capac extendía sus fronteras en conquistas sin límites, destruyendo ejércitos, arrasando ciudades, sometiendo pueblos y caciques, hacia norte y sur, oriente y occidente, volvió los ojos hacia los pastos y quillacingas. Caratar preparó la defensa en Rumichaca, pero fue vencido por los "Orejones" del Perú; sus soldados le abandonaron y Caratar se sometió al imperio.

Pronto se hizo popular entre los Incas por su valor y altivez ganando puestos destacados, por lo que Huaina Capac, le confió la educación de Huáscar, hijo del Inca; luego se convirtió en mediador cuando Atahualpa y Huáscar se enfrentaron por el poder.

Sirvió Caratar, luego, a Belalcázar en la invasión a Quito, y a Diego de Tapia cuando la conquista de estas tierras; pero, tratando de desviarlo de los pueblos pastos; lo que no sabemos es cómo los españoles tomaron rutas diferentes a las señaladas por el Cacique Caratar.

El Chispas y el Pilche
Eran el" Chispas" y el "Pilche" dos grandes brujos que habitaron las regiones cercanas al río Guáitara. El Chispas era un ser maligno y se divertía haciendo encantamientos a quien no quería o le causaba enojo. Llevaba un diamante o piedra mágica en la frente; cuando la limpiaba con su aliento podía mirar lo que le interesaba y pronosticar el futuro. El Pilche era tanto igual en poderes, podía convertirse en tigre o en culebra o como lo decidiera.

Los dos brujos, para comprobar su poder, se desafiaron a duelo. Al no haber un vencedor en una lucha que transformaba el mundo, decidieron enterrarse.

- El chispas y el pipas
Aun cuando "Pipas", le dicen al demonio, la leyenda demuestra que el Pipas era el brujo bueno, pues; podemos notar cómo la lucha se desarrolla en un enfrentamiento entre las dos fuerzas: el bien y el mal,, mitificados en los dos personajes.

El Chispas que venía de Barbacoas, se enfrentó . por su territorio al Pipas, en las regiones intermedias entre el Azufral y Piedrancha. La lucha fue cruel y casi acaban con el mundo.

El Pipas convertido en oso y el Chispas en tigre.

El triunfo fue para Chispas quien abrió un torrente de oro que fue el lecho del río Telembí.

- Leyenda del chupadero

El Chupadero, antes una hermosa laguna, también fue escenario de una hermosa leyenda. Según nuestros mayores, la laguna era frecuentada por un cazador de patos, que abundaban en el lugar. Cierta tarde, el cazador disparó con tal certeza a un pato, que se dispuso a recoger su trofeo, aunque algo curioso por el choque que había producido el tiro con el animal, pues había sido algo metálico......como el toque de una campana.

Al llegar al lugar donde cayó su presa, su asombro fue grande cuando descubrió que no había pato alguno y sí, un gran cañón de platino, el que llevó a la ciudad y fue fundido para elaborar las campanas de la iglesia.

carnaval de blancos y negros

video de los carnavales

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